Siempre recordaré las tardes de primavera en casa de mi abuela, donde el aire se impregnaba del dulce aroma de su famoso pastel de fresas y ruibarbo. Era un ritual hermoso: ella me dejaba batir la masa mientras me contaba historias de su infancia en el campo, rodeada de fresas jugosas y ruibarbo crujiente. Ese pastel, con su delicada mezcla de sabores agridulces, tiene una forma especial de alegrar cualquier reunión.
Hoy quiero compartir contigo esta receta que no solo es deliciosa, sino que también está llena de amor y recuerdos. Hacer pastel de fresas y ruibarbo es como abrazar a la primavera con cada mordisco. Así que, si quieres hacer feliz a tu familia (y a ti mismo), ¡sigue leyendo!
¿Qué lleva el Pastel de Fresas y Ruibarbo?
– Fresas: Estas hermosas frutas rojas son la estrella del pastel. Las fresas maduras ofrecen ese dulzor característico que contrasta a la perfección con el ruibarbo. Prefiero usar frescas cuando están en temporada, pero las congeladas también funcionan bien.
– Ruibarbo: Este vegetal agridulce le da un toque especial al pastel. Su textura crujiente y su sabor ácido son lo que hacen la magia en esta combinación. Generalmente, uso el ruibarbo fresco, pero también puedes encontrarlo congelado si no está de temporada.
– Azúcar: La cantidad necesaria para equilibrar el dulzor de las fresas y la acidez del ruibarbo. A veces opto por azúcar moreno para darle un sabor más caramelo, pero el azúcar blanco es perfecto también.
– Harina: La base de nuestra masa que le dará estructura. Utilizo harina de trigo común para obtener una textura suave y esponjosa.
– Mantequilla: Esencial para un pastel tierno. Siempre uso mantequilla sin sal para poder controlar el contenido de sal en la receta.
– Huevos: Ayudan a unir todos los ingredientes y aportan esponjosidad al pastel.
– Levadura en polvo: Para que nuestro pastel suba y quede ligero.
– Extracto de vainilla: Un toque de sabor que transforma la experiencia gustativa a otro nivel. Siempre opto por el extracto puro en lugar de las versiones artificiales.
¿Es Bueno el Pastel de Fresas y Ruibarbo?
La respuesta es un “sí”, pero con algunas consideraciones. Este pastel no solo es una delicia, sino que también tiene algunos beneficios:
Fresas: Son ricas en vitamina C y antioxidantes, lo cual es genial para nuestro sistema inmunológico. Además, son bajas en calorías.
Ruibarbo: Tiene propiedades antiinflamatorias y es una buena fuente de fibra. Sin embargo, es importante disfrutarlo con moderación, ya que en grandes cantidades puede ser un poco ácido para el estómago.
Aún así, recuerda que estamos hablando de un pastel, por lo que es un capricho. Como todo, lo mejor es disfrutarlo en porciones adecuadas.
Ingredientes
– 2 tazas de fresas frescas, cortadas a la mitad
– 2 tazas de ruibarbo fresco, picado
– 1 taza de azúcar (puedes ajustar según tu gusto)
– 2 tazas de harina de trigo
– 1/2 taza de mantequilla, derretida
– 2 huevos
– 1 cucharadita de levadura en polvo
– 1 cucharadita de extracto de vainilla
– Una pizca de sal
Rinde: 8 porciones
¿Cómo hacer Pastel de Fresas y Ruibarbo?
1. Precalienta tu horno a 180 °C (350 °F) y engrasa un molde para pastel.
2. En un tazón grande, mezcla las fresas y el ruibarbo con 1/2 taza de azúcar. Déjalo reposar durante unos 10 minutos para que suelten sus jugos.
3. En otro tazón, combina la harina, la levadura en polvo y la sal. Reserva.
4. En un tazón aparte, bate la mantequilla derretida con los huevos, el extracto de vainilla y el resto del azúcar hasta que estén bien combinados.
5. Agrega los ingredientes secos a la mezcla húmeda y revuelve con cuidado. Evita mezclar en exceso.
6. Incorpora las fresas y el ruibarbo, asegurándote de no romper demasiado las frutas.
7. Vierte la mezcla en el molde y hornea durante 45-50 minutos o hasta que un palillo salga limpio al insertarlo en el centro.
8. Deja enfriar antes de desmoldar. Si te atreves, sírvelo con una bola de helado de vainilla para una experiencia aún más deliciosa.
Variaciones y Consejos Dulces
Me encanta jugar con esta receta. A veces, añado un poco de canela a la mezcla para darle un toque cálido y reconfortante. También puedes experimentar con otras frutas, como arándanos o manzanas, según lo que tengas a mano.
Para un toque crujiente, prueba agregar un poco de avena y nueces en la parte superior antes de hornear. ¡Es una delicia!
Así que ahí lo tienes, mi querido amigo, un pastel de fresas y ruibarbo que te hará recordar esos días soleados. Espero que lo pruebes, y me encantaría saber cómo te quedó. ¡La cocina es un lugar de experimentación y amor!